lunes, 25 de enero de 2016

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Soy el único que conoce la identidad de la mujer muerta, pero no puedo decir nada, aún no, probablemente nunca.
Gracias a los privilegios que me dieron por mis méritos en combate, yo trabajo solo, no tengo compañero, algo que tras los hechos que han acontecido durante la semana me viene de perlas, principalmente porque de haberlo tenido, me hubiera visto bajar al hall de la comisaría, y dada la naturaleza de cualquier inspector, probablemente mandaría a su IA ofrecerle una imagen en pantalla de mi recorrido, me hubiera visto llegar al ascensor, montar y pulsar la H de hall, la cámara que enfoca el ascensor le daría una imagen nítida de las puertas abriéndose, yo saliendo del ascensor y vería, e incluso podría aumentar el zoom hasta mi cara justo en el momento en el que Cat clavó su mirada, sus ojos verdes, en mi. Reduciría el zoom y allí estaría yo, petrificado como si hubiera mirado a los ojos de Medusa, que ya daba el primer paso para acercarse a mí.



Tengo sueños, o quizá, debería calificarlo como pesadillas, son flashes del pasado, cosas que no veían mis ojos hace años. En el último me encontraba en una fila, sin saber que había en el inicio de esta, tenía los pies doloridos después de varias horas de estar ahí esperando para llegar a lo que iba a ser mi futuro próximo. La fila avanzaba muy despacio, transcurridas varias horas mas al fin llegué a la primera posición, frente a mi había una mesa con tres militares sentados tras ella. Me miraban de arriba a abajo como si yo fuera un bicho raro, mas tarde descubrí que todos los que pasamos por ahí tuvimos la misma sensación, tras el chequeo visual, los tres me mostraron su mejor sonrisa forzada.
- Bienvenido al ejército de la Tierra, te agradecemos el haberte ofrecido a ayudarnos a salvar el Universo. - Dijo el militar mas a la izquierda, primera mentira, yo a lo único que yo me ofrecí es a andar por mi mismo, en vez de ser arrastrado del pelo hasta aquí.
- Hemos analizado tus aptitudes con ayuda del chip implantado, y creemos que serás un gran piloto de combate. - Añadió el militar sentado a la derecha. - Seguro que será un sueño para ti manejar una de estas naves. - continuó tratando de que pareciera era lo que yo había estado ansiando toda mi vida, mas mentiras.
No me daban la oportunidad de responder, aunque yo no quisiera decir nada, si no salir corriendo de allí.
Por fin habló el último de ellos, el que se encontraba en el centro de la mesa, este era al que mas le costaba forzar la sonrisa.
- Hijo, el Universo está en guerra, una parte de el, la mas radical por supuesto, quiere hacerse con el control de todo lo demás. Y nosotros no podemos permitirlo, ¿verdad hijo?.
- No señor. - No soy su hijo, esto último solo pensé por supuesto, siempre era mejor morir a manos de un cañón enemigo, que de una paliza en la cárcel.
Cuando tengo estos sueños, son tan reales, a veces me parecen mas reales que la realidad misma. Desde mi encuentro con Cat, estos días he vivido como en una montaña rusa que está envuelta en una densa niebla.
Por eso mi empeño en dejarlo todo escrito.
Cada vez estoy mas seguro que algo me ocurrió cuando estuve con ella, algo me hizo de lo que yo no me percaté, y su muerte no es coincidencia, lo sé.



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